¿Cuantas veces nos hemos parado a pensar las responsabilidades que adquirimos cuando adoptamos un animal?
¿Cuantas veces nos hemos planteado, ante los problemas, de diversa índole, ninguno justificado y muchos irrisorios, de abandonar a nuestro peludo a su suerte, en un albergue o en un lugar tan inhóspito y peligroso como es la calle?
¿Cuántos de los que lo hacen, piensan por un momento y se ponen en lugar del perro, gato, caballo u otro ser en el momento de su devastadora acción?
¿A cuántos les gustaría estar tirado en la calle, sin comida, ni agua, sin una caricia y que te observaran o ni siquiera te miren, y sigan de largo?
¿A cuántos les gusta que les muestren indeferencia?
Creemos que a todos aquellos, que libre, meditada e irresponsablemente actúan de ese modo, no piensan, no razonan, dejan por un momento su humanidad con todo lo que conlleva y actúan decepcionando a un ser leal, fiel, que depende de nosotros y con el que hemos adquirido obligaciones, un compromiso, durante el tiempo que le toque disfrutar de lo que llamamos vida.
Tener un animal es más que sus primeros dos o tres años de vida.
Tener un animal no es solo alimentarlo. Hay que darle cariño y procurarle todas las atenciones y resto de necesidades de las que depende su bienestar, que debería ser y convertirse en nuestro objetivo.
Tener un animal, no es usarlo como moneda de cambio, como elemento para intentar negociar con los sentimientos de un tercero.
Tener un animal, conlleva ciertos deberes, responsabilidades que van desde que decides de una manera consensuada a nivel familiar adoptar a un peludo, hasta que éste ha de irse.
No podemos dejarlos a la primera de cambio, abandonar es un delito, pero dejemos el tema legal, porque si fuesemos personas de bien, con principios morales, no habría más ley que esa y sería suficiente para llevar a buen término el compromiso adquirido.
Hoy en día son muchos los abandonos. Cierras un caso y aparecen 10 más….es una agonía constante para todos esos seres vivos que necesitan que las personas en las que han confiado no los dejen en la estacada.
Seamos conscientes y responsables. No miremos para otro lado si vemos un abandono. Actuemos.
No hay nada, absolutamente ningún motivo justificable que te exima de culpa cuando piensas o realizas una acción tan deshumanizada, tan pobre de espíritu, con tanta maldad, como el abandono de un ser vivo que depende de ti.