Desde finales de julio Dulce ahora MIMA, goza de una estabilidad, de una manada que la ha recibido con las patas abiertas, de unas mamis que la quieren con locura y que jamás dejarán ni permitirán que le ocurra nada malo.
Todos ellos han tenido la suerte de encontrar tres familias responsables, tres hogares, han empezado una nueva vida. Nosotros continuaremos en la lucha, tratando de encontrar hogares para muchos otros que también se lo merecen, pero todavía no han tenido la oportunidad de disfrutarlo.
El caso de este gato lleva la implicación de una pareja que, lejos de dar el aviso y lavarse las manos, se involucra y lo acogen para que se cure de sus heridas y su estado mejore.
Es un minino adulto, un abuelete con muchas heridas de guerra, un peludo curtido en una y mil batallas callejeras.