Supimos de su existencia porque vimos a la madre en mal estado, flaca y recién parida y preguntamos si se trataba de una perra abandonada, pero resultó, que a pesar de su apariencia, tenía dueño.
Fuimos inmediatamente a hablar con él y pudimos ver a 4 cachorros todos machos de apenas 3 semanas de vida en un lugar que no era el más idóneo para ellos.
En un primer momento sólo pudimos dejarle comida para que la madre estuviera bien alimentada y tratar de convencer al propietario que debería ser esterilizada y que de los cachorros nos encargábamos nosotros.
[/fusion_builder_column][fusion_builder_column type=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»no» center_content=»no» min_height=»none»]Había dos más, pero ya fueron «regalados» con días de vida…
De los 4 que pudimos conocer, uno ya estaba «apalabrado», sólo había la opción de cambiar la vida de los otros tres. A veces, es difícil enfrentarse a ciertas situaciones, pero sólo con cautela podemos hacer algo.
De esta manera, KAI, KAN y KARÚ se convirtieron en sospeluderos.
Fueron desparasitados en tiempo, según indicaciones veterinarias y la madre también.
Kan, pronto encontró un hogar y con sus 790 gramos de peso y apenas un mes de vida, era el más débil de la manada. Fue al primero que sacamos de aquel lugar.
Desde el día 12 está en pre-adopción en una familia responsable a la que ya nos une otra peluda adoptada a través de nuestra plataforma.
[/fusion_builder_column][fusion_builder_column type=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»no» center_content=»no» min_height=»none»]Kai, fue el segundo. Algo más espabilado que el primero, pero con los mismos problemas de parásitos que su hermano.
Todos infestados de pulgas y garrapatas. Tanto….que en Kan, la debilidad ya estaba haciendo mella.
Karú sigue allí pero por poco tiempo, pues gracias a María se irá a un hogar calentito en acogida mientras no aparece esa familia definitiva.
Ellos son resultado de la ignorancia, de la falta de concienciación, de camadas indeseadas por no haber esterilizado.
Entre todos podemos cambiar sus vidas, debemos hacerlo.
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