Marcos y Abades fueron encontrados por miembros de S.O.S.PELUDOS un 25 de Abril en Abades.
Cuando nos acercamos a ellos para procurarles agua y comida, si bien su estado no era malo, todavía tenían sus collares al cuello.
Preguntamos en la zona si eran de alguien, pues su apariencia no hacia presagiar un abandono en toda regla y los síntomas se acercaban más a unos peludos perdidos que abandonados. Nos informaron que llevaban semanas y que los vecinos les procuraban agua y comida.
Los bautizamos como Marcos a uno, por ser rescatado ese día y Abades para que llevase el nombre de donde fue encontrado.
Tras ganarnos su confianza, nos sorprendió que se dejaran coger con facilidad al ver las correas y subirlos al coche para llevarlos al veterinario. Sin duda, estaban acostumbrados a ir en coche y más tarde nos dimos cuenta que eran perros totalmente socializados y acostumbrados a vivir en una casa.
En el veterinario, tras un chequeo completo, con sus analiticas correspondientes, test de filaria, desparasitación y chip, nos dimos cuenta de que Abades, el más pequeñajo en tamaño, sufría un problema en sus patas traseras. Tras hacerle una radiografía, se vio que sus caderas estaban en muy mal estado, posiblemente debido a un atropello antiguo.
Nos dieron medicación para él y rápidamente se fue para una casa de acogida, de la que jamás salió, pues Rafaela, que entonces quiso brindarle su hogar, acabó por encariñarse con él y decidió que formara parte de su familia. Sigue con tratamiento, pero éste tan sólo ha valido para paliar un poco el dolor que le produce el estado de sus lesiones. Necesita ser operado con urgencia y hemos creado un evento desde S.O.S.PELUDOS para tal fin, pues creemos que así no tienen calidad de vida y es demasiado joven para pasar el resto de años que le quedan por disfrutar, limitado.
Marcos, se fue para una residencia canina y cinco días más tarde, los que hoy son sus papis, Belén y Rafa, lo acogieron tras llevarlo a una pateada peluda. El está bien y ha congeniado muy bien con su hermano peludo y también adoptado, Fuenti.
Ambos han tenido mucha suerte. Son grandes perros, cariñosos, agradecidos, que han dado con dos estupendas y maravillosas familias.
Nosotros nos sentimos muy felices por ello. Por haberles ayudado y por ser participes de procurarles hogares responsables.